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La olla donde se cuece el marisco debe ser lo suficientemente grande para que las nécoras que se va a cocer quepan holgadamente. La cantidad de agua será aproximadamente del doble del volumen del marisco.
La cantidad de sal que se debe añadir al agua está entre 60 o 70 gramos por litro de agua. Si no tenemos una báscula a mano podemos ayudarnos de una cuchara sopera sabiendo que la cantidad de una cuchara sopera es más o menos 15 gramos.
Las nécoras han de meterse en agua fría con sal y llevarse a fuego vivo para que primero mueran de calor y luego se cuezan, si le metemos en agua hirviendo, la nécora soltará las patas, y por la zona de unión de las patas con el cuerpo, perderá la parte interior y se quedará vacío o le entrará agua de la cocción que estropeará el gusto del marisco, si lo metemos en agua fría que se va calentando poco a poco el animal no soltara sus extremidades.
Cuando el agua empiece a hervir a borbotones contaremos 7 minutos de cocción.
Una vez terminada la cocción de las nécoras las sacaremos y las meteremos inmediatamente en otra olla con agua muy fría (añadir cubitos de hielo) con sal (también con una composición de 60 gramos por litro de agua), y dejaremos que las nécoras se enfríen en esta salmuera unos 30 minutos. Si no se enfrían los mariscos antes de abrirlos, se pierde gran cantidad de sabor, además en esta fase de enfriamiento cuando el marisco toma la sal del agua por un proceso de ósmosis, de esta forma resultaran más sabrosos.
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